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Bioindicadores

Última modificación: 05 de agosto de 2020

Numerosos estudios indican que las actividades de cultivo interfieren en alguna medida con el medio ambiente, alterando algunas variables, provocando disminución de oxígeno disuelto, incremento en los nutrientes disueltos, materia orgánica particulada suspendida y sedimentación orgánica, lo cual se traduce en cambios en el hábitat y las comunidades bentónicas (Burd, 1997).

Las especies al habitar en la interfase agua-sedimento y presentar una movilidad muy limitada, no pueden evitar la exposición a sustancias contaminantes, convirtiendo por ello a determinadas especies bentónicas en buenas indicadoras frente a la presencia de diversos agentes contaminantes.

Nassarius gayii

Se define como un indicador biológico de contaminación a aquel ser vivo que refleja los cambios en la calidad de su ambiente o entorno, siendo un factor integrativo de dichos cambios (De la Lanza et al., 2000). Se ha observado frecuentemente que los poliquetos de las familias Capitellidae, Spionidae y Cirratulidae están presentes en sectores con distintos grados de contaminación orgánica producto de las descargas domésticas (Méndez, 2002). Recientemente, se han propuesto a pequeños crustáceos que se asocian naturalmente a sustratos blandos del tipo arenoso-fangoso y moluscos de la clase Gastrópoda y bivalvia de las familias Nuculanidae y Nassaridae.

Por esta propiedad de indicador del estado ambiental, el Reglamento Ambiental para la Acuicultura (RAMA) considera la macroinfauna bentónica en la Res. Ex. Nº 3411/06, indicando que es una de las variables que debe ser informada y donde la identificación debe llegar al nivel más bajo posible, para el caso de las familias Capitelliidae, Cirratulidae y Nassaridae, es obligatorio que la determinación sea, como mínimo, a nivel de género. Además se debe analizar la estructura de la comunidad a través de los parámetros ecológicos: diversidad (Shannon-Wiener, H´), dominancia (J) y uniformidad (E).

La familia Capitellidae se encuentra ampliamente distribuida en el mundo, puede alcanzar densidades mayores a 50.000 individuos por metro cuadrado en lugares orgánicamente enriquecidos como los son lugares cercanos a balsas de cultivo (Chareonpanich et al., 1994). Son un grupo común en los estudios bentónicos de fondos blandos. Es considerada una especie oportunista y se caracteriza por un ciclo de vida corto, alrededor de 1 año. Capitella capitata, Capitella sp, Mediomastus sp. son sus representantes mas conocidos.

Apelochaeta longisetosa

La Familia Cirratulidae presenta integrantes de compleja taxonomía, ha sido objeto de numerosas revisiones científicas. Entre éstas, destacamos la efectuada por Blake (1991). Basándose en diversos aspectos anatómicos, este autor coloca varias especies incluidas hasta entonces en el género Tharyx, dentro de los géneros Tharyx, Kirkegaardia y Aphelochaeta. Desde el punto de vista trófico, estos poliquetos poseen palpos y numerosos tentáculos dispuestos a lo largo del cuerpo con los que capturan de la capa superficial del sedimento el alimento necesario para su supervivencia, también son considerados indicadores de contaminación por vivir en lugares con alto enriquecimiento orgánico. Tharyx longisetosa, Cirratulus cirratus, Chaetozone setosa y Cirriformia sp. son algunas de las especies pertenecientes a esta familia que encontramos citadas para Chile.

Los gastrópodos de la familia Nassaridae son importantes en los fondos submareales arenosos o fangosos por su abundancia, son especies carroñeras y soportan altas cargas de materia orgánica. Por lo cual se les utiliza como indicadores de contaminación. Nassarius gayii , Nassarius coppingeri y Nassarius dentifer son representantes de esta familia.