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Columna de opinión: Conociendo el proceso reproductivo de la sardina común y anchoveta
10 julio, 2023

Columna de opinión: Conociendo el proceso reproductivo de la sardina común y anchoveta

Por Heraldo Álvarez,Jefe de Proyecto SAFA.

La sardina común Strangomera bentincki y la anchoveta Engraulis ringens son especies de pequeños pelágicos que desempeñan un papel importante en los ecosistemas marinos debido a su abundancia y su influencia en la dinámica trófica del ecosistema.

La pesquería de estas especies es una de las más productivas del mundo, pero también una de las más variables. En la Región del Biobío, por ejemplo, se concentra aproximadamente el 80% de la cuota de captura comercial de estos recursos, siendo de esto, el 78% capturado por la pesca artesanal y el 22% por la pesca industrial. Por lo tanto, un manejo inadecuado podría tener consecuencias graves en la producción comercial de estas especies, ya que la sobreexplotación podría alterar su abundancia, composición y distribución en las comunidades pelágicas, así como provocar cambios drásticos en la estructura y el funcionamiento del ecosistema.

Aunque ambas especies presentan individuos sexualmente maduros durante todo el año, muestran un patrón estacional en la producción de huevos en las zonas costeras. Esto se debe a su sincronía reproductiva relacionada con los ciclos ambientales de producción biológica, favoreciendo la supervivencia de las primeras etapas de desarrollo. Este período de mayor actividad reproductiva se concentra a principios de primavera, asociado, entre otros factores, a una mayor productividad en la columna de agua debido al inicio del período de surgencia. Durante este período, las larvas tienen una mayor disponibilidad de alimento necesario para su crecimiento y supervivencia.

La Subsecretaría de Pesca, encargada de regular el manejo de estos recursos, junto con los Comités de Manejo de Sardina común y Anchoveta y el Comité Científico de Pesquería de Pequeños Pelágicos (CCCPP), depende de información científica precisa y rápida. En este sentido, el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) es la institución encargada de recopilar la información biológica pesquera más importante. Para un monitoreo adecuado de estas pesquerías, se han establecido períodos de veda, incluyendo una veda reproductiva que se divide en tres fases (desde el 4 de julio hasta el 30 de octubre).

El seguimiento y control de la reproducción de las especies se realiza mediante el análisis del desarrollo de las gónadas y la actividad reproductiva, utilizando indicadores como el índice gonadosomático (IGS) y la Proporción de Hembras Activas (PHA). Estos indicadores permiten evaluar el estado reproductivo de los individuos y determinar la necesidad de establecer las vedas correspondientes.

Cada año, hay una mayor demanda de información por parte de la Subsecretaría de Pesca y los pescadores artesanales a IFOP, en el marco del convenio ASIPA, que realiza el seguimiento de la dinámica poblacional de estos recursos, elaborando boletines semanales con los indicadores biológicos de los recursos. Sin embargo, existen zonas donde el monitoreo y los estudios hidroacústicos no se han llevado a cabo con la misma intensidad. Por esta razón, desde 2022 hasta 2023, el Gobierno Regional del Biobío ha destinado recursos a IFOP a través de su programa SAFA, con el fin de apoyar a ASIPA para garantizar la efectividad de las medidas administrativas, proteger el recurso y maximizar los beneficios sociales y económicos. Todo esto debe estar respaldado por información científica pertinente y de calidad, sobre todo en que este año, se puede presentar efectos adversos derivado de las anomalías en la temperaturas en las corrientes marinas y el calentamiento global.